Ha bailado en el Bolshói y en el Teatro Real, pero también en el Palacio de Windsor o en la Acrópolis de Atenas. Haber pisado esos escenarios da una idea de la dimensión de Sergio Bernal. Absolutamente centrado en su próximo estreno, el bailarín madrileño pasa los días encerrado en una sala de ensayo junto a la calle Ponzano. Llega a las 10 de la mañana y se va a las 10 de la noche. Algún día incluso más tarde. “No he dormido aquí de milagro”, bromea. Su entrega es total, su exigencia máxima. A sus 30 años recién cumplidos, está al frente de su propia compañía de danza. Buscar la belleza es su motor.

Ensaya a diario desde las 10 de la mañana hasta las 10 de la noche

Nueva compañía. Decidió dejar el Ballet Nacional de España hace poco más de un año. “Era el momento de salir. O me iba o me quedaba para siempre. Quería dar ese salto, sentía que era lo que necesitaba hacer”. No fue una decisión fácil. “Era mi casa. Da una tranquilidad muy grande estar en un sitio así, pero yo quería ir más allá. Las primeras semanas lloraba continuamente. Pensaba que me había equivocado yéndome”, comparte. Acostumbrado a trabajar con mucha gente alrededor, de repente se vio solo en una sala de ensayo. El mismo lugar en el que comenzó su trayectoria profesional. “Aquí hice mi primera audición. Fue para el Ballet de Rafael Aguilar”, recuerda. Le contrataron de inmediato.

De Vivaldi a Beyoncé. Del 29 de octubre al 1 de noviembre en los Teatros del Canal se podrá descubrir SER, el primer espectáculo de la Sergio Bernal Dance Company. “Quiero sacar al público de la tristeza de la pandemia. La labor de los artistas es emocionar al público y embellecer el mundo en la medida de lo posible”, dice el bailarín y coreógrafo. Treinta músicos le acompañarán. En el programa hay composiciones de Vivaldi, pero también de Beyoncé o Stromae. “Me apetecía moverme por ahí”. También bailarán Aída Gómez, Alba Dusmet y Aitor Hernández. “Para bailar lo más importante es el alma, el espíritu, el corazón. Lo que nos define es que sabemos coger el corazón en la mano y darle sentido con nuestros pasos”.

“Quiero sacar al público de la tristeza de la pandemia